Laca Udilla ha sido una de las propuestas más singulares de la quinta temporada de Drag Race España. Con un personaje bien consolidado y profundamente arraigado en la cultura popular española, su presencia en el concurso no ha pasado desapercibida.
Desde su entrada en el werkroom, su bigote se convirtió en una declaración de intenciones y en una seña de identidad que atraviesa todo su drag. Laca Udilla bebe del folclore español y conecta con una tradición de artistas que han utilizado la ironía y la provocación como herramientas políticas y escénicas. En el programa, esa mezcla se traduce en una propuesta femenina, desacomplejada y coherente.
A lo largo de la competición, ha protagonizado momentos icónicos, como Las Jessis en el reto de las girl bands, y en la pasarela ha sorprendido al reinterpretar el folclore español de una manera auténtica y con sello propio.
En esta entrevista, Laca Udilla reflexiona con honestidad y humor sobre su paso por el concurso, los retos a los que se ha enfrentado y el mensaje que le gustaría que el público se llevara de su participación en Drag Race España.
Enhorabuena por tu paso por el concurso. Ha sido un placer ver un drag tan auténtico y creo que el público lo ha disfrutado muchísimo.
Muchas gracias.
El hecho de tener un personaje tan marcado frente a otras concursantes, ¿te ha supuesto en algún momento un problema? ¿Te planteaste alguna vez algo como: “A lo mejor para este desafío no llevo el bigote” o tenías clara la propuesta desde el principio?
Siempre he tenido clarísimo que mi drag es con bigote y que eso no iba a afectar a ningún reto. Laca Udilla sin bigote no es Laca Udilla. Si mi drag fuese más masculino, quizá, pero es súper femenino: lo único masculino es el bigote. Entonces, ¿tengo que hacer de mujer? Pues es que yo soy una mujer, cariño, con bigote. Hay mujeres con bigote, ¿eh? Las grandes folclóricas siempre tenían mucho bigote (risas).
¿Hay algún aspecto de tu drag que crees que el público todavía no ha podido ver durante tu paso por el concurso?
Creo que todavía hay muchas cosas que no he descubierto ni yo misma. Durante muchos años me he dedicado a presentar fiestas: presentaba una que se llamaba Drag Domination con Hornella Góngora y también he llevado siempre mi fiesta Lolailo. Esa faceta no se ha visto tanto. Y quizá también la parte más relacionada con el canto. Sí, se vio en el talent show, pero ahí estaba bastante limitada. Mira, cuando me llamaron para decirme “estás dentro”, al día siguiente me quedé completamente afónica. Con los nervios se me fue la voz. Estuve cuatro días sin hablar, tomando un montón de medicación. Llegué a grabar mi talent, pero decidí cantar en directo. Creo que esa parte sí ha quedado un poco fuera, porque la gente que viene a verme en directo siempre me dice: “Joder, qué bien cantas”.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado dentro del programa?
Creo que el mayor reto ha sido confiar en mí y en mis capacidades. Es la primera vez que me presentaba, porque aunque llevo muchos años haciendo esto, no me sentía preparada. Esta vez dije: “Mira, sé que todas las pruebas que me pongan las sé hacer. Mejor o peor, pero sé hacerlas”. Yo no me iba a presentar sin haber cantado nunca, sin haber bailado o sin haber actuado. Y aun así, yo misma me sorprendía diciendo: “Coño, lo sabes hacer, y además lo sabes hacer bien”.
¿Cuál ha sido el momento más memorable de tu paso por el concurso?
Aparte del momento con mi madre, que fue precioso, creo que lo más bonito han sido mis compañeras: cómo nos llevábamos, cómo nos queríamos. En ningún momento sentí que fuera un concurso; nunca tuve la sensación de que estuviéramos compitiendo entre nosotras. Conocerlas así ha sido muy guay. Y el momento de Las Jessis también me lo llevo para siempre.
Hablando de tu madre, la fundación Abogados Cristianos reaccionó a tu Makeover Challenge. ¿Qué te pareció? ¿Te asustaste o simplemente te lo tomaste con humor?
El primer día no había visto nada. Estaba tranquila contestando a la gente y, al día siguiente, empezaron a decirme: “Tía, ¿no has visto esto? Han puesto esto en Facebook, mira los comentarios”. Y luego salió lo de Abogados Cristianos.
Al principio me enfadé un poco, sobre todo porque fue un homenaje súper bonito, hecho con todo el respeto del mundo, y pensé: “Qué ganas de liarla”. Hay gente que ni siquiera ha visto el programa: ven una foto y ya se echan las manos a la cabeza. Me dolió especialmente por mi madre, porque ella quedó envuelta en todo eso, y eso sí me dio coraje. Pero ahora, con perspectiva, pienso: chica, hasta me da un poco de marcha. Al final, mi drag también es eso: incomodar a los fascistas de este país y a la gente casposa, y que se jodan. Es pegar un golpe en la mesa y decir: “Cariño, que tú eres facha, pues te vas a cagar”. Y ya está (risas).
¿Qué has aprendido de la experiencia?
Tengo un problema muy grande: soy una persona muy organizada y muy controladora. Cuando algo se sale de mi control, me cuesta muchísimo. En Drag Race dependes constantemente de lo que te digan. El tema de los tiempos me ponía muy nerviosa: “Tienes que estar a las ocho”. Vale, ¿y qué vamos a hacer a las ocho? Yo necesitaba hacerme un planning mental y nadie te decía nada. Siempre era: “Ya lo verás”. El director me decía: “Cariño, déjate llevar”, y yo… me ponía mala. He aprendido un poco eso: a soltar, a aceptar que no puedo tener todo bajo control, a depender de otras personas y, sobre todo, a pasármelo bien.
¿Qué mensaje te gustaría que el público se llevara de tu paso por Drag Race?
Creo que hay que sentirse orgullosa y orgulloso de ser español, pero por las cosas buenas que vemos desde la izquierda: La multiculturalidad, el carácter español, nuestros idiomas cooficiales, nuestra cultura en cada comunidad autónoma… Y que no podemos permitir —ni vamos a permitir— que la derecha se apropie de todo eso, que también es nuestra cultura, y encima la tergiverse para utilizarla en nuestra contra.
¿Hay alguna compañera de esta temporada que te haya sorprendido especialmente?
A casi todas las conocía ya en persona, excepto a Alexandra y a Eva. Eva ha sido para mí un descubrimiento total: una cantante espectacular, maquilladora divina, una tía de diez y una compañera increíble. A Satín ya la conocía y la admiraba, pero salgo de esta experiencia admirándola aún más. Y Ferrxn… ya éramos amigas y habíamos trabajado juntas, aunque no teníamos tanta relación por la distancia. Pero, wow: no hubiera sido lo mismo sin ella, ni a nivel personal ni para esta temporada del concurso.
Para terminar, ¿qué planes tienes ahora para tu carrera? ¿Hay algo que estés preparando y puedas compartir?
Pues sí, más música. He sacado un single que se llama ‘Te gusta gustar’. Me apetecía que no fuera la típica canción del travesti, que tuviera algo que decir. Habla de cuando te gusta alguien que juega al “sí, pero no”: te hace caso en la fiesta y luego pasa de ti. Y también del giro final, porque todas somos un poco así y toca hacer autocrítica.
Creo que lo siguiente será una balada, porque yo soy doña boleros. Y luego alguna cosita de teatro que todavía no puedo contar, pero que, si sale… va a ser España, va a ser Caudilla y va a ser una fantasía.