
Cinco años después de su estreno, Drag Race España sigue demostrando que el drag es mucho más que un espectáculo: es una herramienta de resistencia, de celebración y de visibilidad. El 28 de septiembre llega la quinta temporada del talent show a atresplayer, con una nueva promoción de doce reinas listas para luchar por la corona y un premio que asciende a 50.000 euros.
El fenómeno, que ya cuenta con cuatro ediciones y un All Stars, ha consolidado a España como uno de los países donde la franquicia brilla con más fuerza. La diversidad y la autenticidad del drag español, “muy sinvergüenza y muy pulido a la vez”, como lo define Ana Locking, serán protagonistas en una edición que promete más emoción y sorpresas que nunca.
Al frente del formato regresa Supremme de Luxe, y junto a ella, los ya imprescindibles miembros del jurado: Javier Calvo, Javier Ambrossi y Ana Locking. La diseñadora, que confiesa que el programa le ha enseñado a narrar una historia completa a través de un solo look, asegura que esta temporada hay que vivirla “desde el amor, porque nos va a sorprender desde el corazón”.
Con ese espíritu arranca una edición en la que Alexandra del Raval, Dafne Mugler, Denébola Murnau, Eva Harrington, Ferrxn, Krystal Forever, Laca Udilla, La Escándalo, Margarita Kalifata, Nix, Nori y Satín Greco pondrán a prueba su creatividad en retos de todo tipo: desde actuaciones musicales hasta pasarelas temáticas que exigirán lo mejor de cada una.
Hablamos con Ana Locking sobre su experiencia a lo largo de estos cinco años en el jurado, su relación con la moda, los momentos que más la han marcado en el programa y lo que podemos esperar de esta nueva temporada que promete robarnos el corazón.
Para empezar, me gustaría que compartieras algún recuerdo, algo que te haya marcado o sorprendido a lo largo de estos cinco años en Drag Race España.
A nivel emocional y personal, algo que siempre llevaré en el corazón fue La noche de las 1.000 Ana Locking. Todo el equipo de Drag Race me tenía engañada: todos sabían que se me iba a hacer aquel homenaje y a mí me dijeron que estaba dedicado a otra persona. En directo me revelaron que era para mí y me emocioné muchísimo. Fue muy especial ver a todas las reinas vestidas con un look mío y comprobar que habían empleado su tiempo, su dinero, su esfuerzo, su talento y su emoción en rendirme homenaje. Aquello fue increíble.
Después ha habido otros momentos muy especiales. En la primera temporada, cuando Dovima Nurmi se quedó quieta en el lip sync, viví un auténtico flechazo artístico con ella: me encantaba su estética, era como un enamoramiento. Nunca había sucedido en ninguna franquicia que una concursante permaneciera inmóvil en un lip sync para dejar ganar a su compañera. Durante esos dos o tres minutos no movió ni un solo músculo. Me pareció impactante y también muy emocionante.
¿Hay algún look de todas las temporadas que recuerdes especialmente?
Muchos. Viniendo del mundo de la moda, me fascinan los looks que hacen referencia a grandes diseñadores: McQueen, Galliano, Viktor & Rolf, Margiela, Thom Browne… Pero si tengo que elegir uno que me conmovió especialmente, hasta el punto de hacerme llorar, fue el que presentó Onyx en la segunda temporada. Era un homenaje al Ángel Caído, la única escultura de ese tipo en el mundo, que está en el Parque del Retiro de Madrid. Además de la simbología, el look era impecable en su ejecución. Y no fue solo cuestión de salir y mostrarlo: la manera performática en que lo presentó elevó todo el conjunto. Onyx ahí, realmente, se salió del tiesto.
A principios de este año anunciaste tu primer proyecto como figurinista en un medio audiovisual. ¿Crees que haber estado todas esas temporadas en Drag Race te ha ayudado de alguna manera?
Sí, definitivamente. En mi trabajo como diseñadora de moda estoy acostumbrada a plantear un concepto y desarrollarlo en una colección de 40 o 50 looks, donde la narrativa estética avanza poco a poco desde el primero hasta el último: en color, formas, volúmenes… Pero nunca había trabajado la narrativa en un solo look. El drag me ha enseñado a trabajar con un solo look: un concepto amplio, una identidad, una idea, una historia. Cuando me llamaron para hacer el vestuario de los tres personajes de La vida breve, estudié el desarrollo de cada uno de ellos. El vestuario debía representar al personaje, a la escena y a la evolución de ese personaje dentro de la historia que se contaba. Y eso, en el fondo, también es el drag.

¿Cómo ha cambiado tu propia visión de la moda tras haber trabajado tan de cerca con el mundo del drag? ¿Has notado si la gente también ha cambiado su manera de vestirse?
Existe una conexión muy profunda entre drag y moda. El drag se inspira en la moda para rendir homenajes o trasladar ciertas referencias a la identidad de cada drag, y la moda ha tomado mucho del drag. Pensemos en Alexander McQueen, que se inspiró en la cultura Club Kid de finales de los 80 y principios de los 90 en Londres para llevarla a su propio terreno. Drag y moda siempre han estado interconectados. Pero hay algo fundamental que el drag me ha dado respecto a la moda: la idea de celebrar la pluralidad de la identidad, de reivindicar, de criticar y hasta de hacer una denuncia social y política. El drag es, al mismo tiempo, una herramienta de resistencia y de celebración. Y la moda ha aprendido de esa pluralidad, de esa reivindicación de la identidad individual dentro de la sociedad.
Si pudieras invitar a un diseñador o diseñadora internacional como jurado invitado en Drag Race, ¿a quién elegirías y por qué?
Marc Jacobs, porque en cierto modo ya es una drag. Esas uñas que lleva… Su trabajo bebe mucho de la cultura drag para elevar la moda a otro nivel. Ese maximalismo lujoso en el que se ha sumergido últimamente viene directamente del drag. También invitaría a Viktor & Rolf, porque han convertido la pasarela en una auténtica performance artística, algo que también sucede con el drag cuando pisa el escenario.
¿Cómo valoras la evolución del jurado a lo largo de estas cinco temporadas? ¿Han cambiado vuestras dinámicas a la hora de evaluar?
En la primera temporada me enfrenté a todo a ciegas. Cuando las drags desfilaban, justo al terminar teníamos que emitir las críticas. Tomaba notas, pero apenas disponía de diez minutos para ordenar mis ideas sobre lo que había visto. Todo era demasiado rápido. A partir de la segunda temporada sentí la necesidad de informarme un poco más sobre lo que iba a suceder en la pasarela, para poder recibir y entender mejor lo que las chicas presentaban. La misma mañana de la grabación reviso qué pasarela toca y así llego con más herramientas. Creo que en mi caso ha habido una evolución: en la primera temporada estaba mucho más nerviosa, mientras que desde la segunda me he ido relajando y ahora me enfrento a las grabaciones siendo yo misma, con libertad para decir lo que siento.
Siempre he sido muy fan de Drag Race. Me enganché desde la cuarta temporada de RuPaul’s Drag Race y he visto todas las ediciones. Por eso empatizo mucho con las concursantes: cuando las veo allí, sé perfectamente todo lo que han vivido y sufrido para llegar hasta ese momento. Además, pienso en el esfuerzo final, en ese mes previo en el que tienen que preparar todos los looks y cada detalle para entrar en un programa que exige muchísimo. Drag Race es, probablemente, uno de los talent shows más difíciles del mundo. Exige ser una artista completa: cantar, bailar, improvisar, ser cómica, presentar un look impecable y dominar el maquillaje de forma excepcional.
¿Qué esperas del futuro de Drag Race España?
Veo muchos shows drag en Madrid y, cuando viajo a otras ciudades, intento descubrir qué se está haciendo allí también. Hay una cantera enorme en España, con una diversidad y una autenticidad impresionantes. Espero seguir viendo cada vez más variedad: drags críticas, drags cómicas… En Madrid, por ejemplo, hay un drag muy descarado que me encanta, pero también un drag muy pulido, donde la estética cobra cada vez más importancia. Antes parecía que una drag muy pulida no podía ser cómica, pero eso está cambiando. Todo se está mezclando más, se está profesionalizando, y cada vez vemos más artistas capaces de combinarlo todo: diversión en el escenario y una estética impecable.
¿Hay algo de esta quinta temporada que nos puedas adelantar?
Siempre lo digo, pero esta temporada especialmente hay que vivirla desde el amor, porque nos va a sorprender desde ahí, desde el corazón. Lo primero es dar mucho amor a todas las chicas, porque ya habéis visto en el Meet the Queens: son doce identidades muy diferentes y muy poderosas. Lo que sí puedo adelantar es que todas ellas nos van a robar el corazón y que, programa tras programa, esa emoción va a estar muy presente.
Gracias, Ana, es siempre un placer hablar contigo. ¿Hay algo que te gustaría añadir?
Creo que es importante recordar que el drag es también una forma de posicionamiento político. Nos ayuda a construir una sociedad más diversa. Y, en un momento como el actual, en el que empiezan a recortarse libertades de expresión en la televisión y en el entretenimiento, el drag está ahí para recordarnos que no podemos permitirlo.
Totalmente de acuerdo.
Por eso pienso que ahora, más que nunca, el drag tiene que estar presente en la sociedad en todos los niveles.
La quinta temporada de Drag Race España se estrena el 28 de septiembre en atresplayer.