En 2020, Sebastián Vega se convirtió en el primer jugador profesional de básquet de Argentina en declararse públicamente gay.

Boca Juniors obtuvo el bicampeonato de la Liga Nacional de Básquet tras vencer por 78-77 a Instituto en una final que definió al campeón en el séptimo partido de la serie.

Más allá del festejo deportivo, una imagen se hizo viral en redes sociales: Sebastián Vega, alero del equipo, celebró desde el aro con una bandera arcoíris, símbolo de la comunidad LGTBIQA+, sobre sus hombros.

Vega es oriundo de Gualeguaychú y cuenta con un amplio recorrido en importantes clubes argentinos. Al declararse públicamente gay, se convirtió en un referente LGTBIQA+ del deporte profesional.

En esa ocasión, publicó una carta en la que compartió su orientación sexual y relató años de dolor, confusión y represión. “Llegué a considerar el retiro. Mi cuerpo me gritaba que algo andaba mal”, escribió.

Desde entonces, su figura trascendió el básquet, convirtiéndose en un símbolo de visibilidad LGTBIQA+ en Argentina, e inspirando a miles de jóvenes: “Me gustaría que esto pueda ayudar a otras personas en situaciones similares”, expresó.

El entrerriano fue el segundo goleador en el reñido partido, cuyo resultado se definió en los últimos minutos. Vega aprovechó el momento de celebración para arrojar luz sobre una lucha personal y colectiva por la igualdad y el respeto, dentro y fuera de la cancha: “Es muy emocionante porque nunca pensé que iba a animarme. Pero se puede”.

Su gesto marca un hito en la historia del deporte argentino, al poner el foco en una problemática con escasa visibilidad: los deportes, además del fútbol, también deben trabajar para convertirse en espacios seguros y acogedores para la diversidad sexual y de género.

“Estoy muy agradecido porque mis compañeros siempre me dejaron ser, y eso me hizo sentir muy cómodo en la cancha”, declaró el deportista, haciendo hincapié en la importancia del apoyo dentro del vestuario y de un entorno inclusivo que permita a cada deportista expresarse sin miedo.