 
			Esta semana, las concursantes de la quinta temporada de Drag Race España se enfrentaron al temido Snatch Game. El desafío, que surgió en la segunda temporada del formato original en 2010, se ha convertido en un clásico de la competición al poner a prueba habilidades como la caracterización y la improvisación. Sin embargo, como destacó Supremme al anunciar el maxi reto de la semana, el verdadero objetivo es hacer reír a los jueces.
Aunque cuenta con una carrera destacada en el mundo del espectáculo precisamente por sus caracterizaciones de personalidades como Cher, Tina Turner, Michael Jackson y la propia RuPaul, Krystal Forever no logró convencer al jurado con su interpretación de Celia Cruz. Los jueces decidieron que era el final del camino para esta venezolana, que lleva más de tres décadas dedicada al espectáculo y al arte de la imitación.
Su paso por el werkroom estuvo marcado por escenas de tensión, convirtiéndola en una de las concursantes más recordadas de la edición. Como nos cuenta en esta entrevista, reconoce haber perdido puntos por “subir el tono de voz”. Quizás el público no haya podido apreciar del todo su talento como maquilladora, performer e incluso fashion queen. Su propuesta para la pasarela del tul, uno de los looks más grandilocuentes de la temporada, se vio eclipsada por la narrativa de su personaje, aunque su imponente vestido rosa era exactamente lo que se esperaba de una pasarela dedicada al tul.
Krystal admite que parte del papel de “villana” que se le ha asignado es responsabilidad suya, pero asegura ser una persona cariñosa y cercana, e invita al público a conocerla mejor a través de sus espectáculos. En esta conversación, la artista reflexiona sobre los desafíos de competir en un formato como Drag Race, las lecciones que se lleva del programa y los malentendidos que surgieron a raíz de su paso por él. También habla sobre su relación con Supremme de Luxe y su deseo de seguir creciendo en el escenario.
Hola, Cristal, ¿qué tal? De esta temporada, creo que eres la concursante que lleva más tiempo trabajando como drag. ¿Cuál es la principal diferencia que ves entre la escena drag cuando empezaste y la actual?
Comencé en Venezuela, y entonces ni siquiera usábamos el término drag queen, se decía travesti o transformista, porque nos caracterizábamos como otras artistas. Mi drag ha cambiado muchísimo desde entonces, pero siempre he sido fiel a mi estilo, que es un drag de la vieja escuela, que hace caracterizaciones. Me maquillo para parecerme a un artista específico. Llevo casi 35 años haciendo espectáculos de drag y, por supuesto, noto muchas diferencias. Entrar a Drag Race España no me ha cambiado en absoluto, porque sigo siendo la misma persona y artista que entró. Lo bueno del programa es que suma una experiencia más a mi repertorio como artista.
Y eso te convierte en una personalidad reconocida incluso entre tus propias compañeras. ¿Cómo ha sido eso a la hora de competir?
En algunos momentos me pudo haber jugado una mala pasada. Al ser una artista con tanta experiencia, me exigía a mí misma mucha más seriedad, y no quiero decir con esto que mis compañeras, que son como mi familia, no tuvieran presión, pero sí pienso que, por la edad y por toda la trayectoria que tengo, sentí una presión mayor.
Hablando con otras drags que he entrevistado, muchas coinciden en que lo importante es pasárselo bien y disfrutar la experiencia. Es algo que caracteriza mucho a la nueva generación de artistas. ¿Cuál fue para ti el mayor reto dentro del concurso?
Mi mayor reto fue conocer a cada una de las participantes y darme a conocer. Cada una tenemos una historia, una familia y unas costumbres diferentes. Soy de Venezuela, aunque vivo en España desde hace muchos años, y sé cómo es una persona española, pero todos somos totalmente distintos.
Si tuvieras otra oportunidad de volver a Drag Race, ¿harías algo diferente?
Lo he dicho anteriormente en otras entrevistas que si volviera, cambiaría la manera de gestionar una discusión. Si tuviera un malentendido con alguna compañera, intentaría hablar de otra manera, no con la rabia que mostré en esta temporada, sino de forma más calmada. Al subir el tono de voz perdí muchos puntos, así que creo que podría gestionarlo mejor si tuviera otra oportunidad.
 
			Has salido como la “villana” de esta temporada. ¿Crees que ha sido culpa de la edición o te has visto reflejada en lo que han transmitido?
Ha sido un poco por mi parte y también un poco por la edición. Pero invito a la gente a que conozca más a Krystal Forever. No soy una persona con ese carácter, no me gusta hacer daño ni faltar al respeto, y no soy una persona mala. Soy muy cariñosa y compañera de quienes trabajan conmigo. Si tengo la oportunidad de volver a participar en algún otro reality, me gustaría mostrar ese lado. De momento quiero hacerlo a través de mi trabajo, en los lugares donde actúo, para que la gente sepa cómo soy realmente.
El público ha comentado bastante el hecho de que te inspiras en la propia RuPaul.
Cuando aún estaba en Venezuela, mi madre drag llegó un día y me dijo: “Deberías hacer este personaje, se llama RuPaul. Es una cantante americana y tiene un tema llamado Supermodel (You Better Work)”. Antes de esa canción nunca había usado peluca rubia, y ahí comencé. Interpretar a RuPaul me ha abierto muchas puertas. Ella fue imagen de MAC Cosmetics, y yo tuve la oportunidad, como me parezco a ella, de ser imagen de MAC tanto en Venezuela como en España. Me gusta el personaje de RuPaul, me encanta su estética… y la mamá es la mamá.
¿Estás de acuerdo con los comentarios que hicieron los jueces respecto a tus looks?
Pudo gustarles más o menos, pero he sido fiel a mi estilo, y hay que ser siempre fiel al propio estilo. Obviamente ellos son los jueces, están allí para valorar una pasarela, y su opinión la respeto. Puedo analizar lo que más se me dijo, que fue que “tratara de dosificar un poco”, pero pienso que el drag es exceso. Soy de las que se ponen más, ahí está mi fantasía. Estoy acostumbrada a que en mis espectáculos los vestuarios sean grandes y llamativos.
Resulta irónico que te eliminaran justo en la pasarela del tul, una categoría que invita a exagerar. Creo que el look estaba on point, el tul tiene eso, la gente espera volúmenes.
¡Claro! Encima era uno de los trajes más grandes que he llevado. Así que ahí no me podían decir que dosificara, obviamente. Cuando empezaron a decirme “qué guapa estás, qué linda, qué preciosa”, pensé: “Esto me huele raro”.
Esta temporada quedará como una de las de eliminaciones más difíciles. El nivel está muy alto y se nota que incluso a los jueces les cuesta llegar a un consenso. En el último episodio vimos a Supremme emocionarse. ¿Tenéis una relación previa al concurso o fue algo que se desarrolló durante la competición?
Hemos trabajado muchos años juntas en Madrid. Además, soy maquillador profesional, y ella me contrató para un proyecto tras el estreno de la primera temporada de Drag Race. Por eso imagino que se emocionó. Aunque durante el programa el trato fue completamente profesional: ella era la presentadora y yo la participante. No teníamos contacto alguno, ni siquiera nos saludábamos, porque estaba totalmente prohibido.
Para finalizar, ¿qué planes tienes ahora para tu carrera?
Tengo dos proyectos en marcha. Estoy grabando mi primer single, titulado Pasivorra, con el productor venezolano William Luque. Además, quiero comenzar a trabajar en mi espectáculo de drag, con caracterizaciones y un equipo de bailarines, para llevarlo a distintos teatros. Y, por supuesto, seguiré viajando: siempre he trabajado fuera de España, en lugares como Alemania y Ginebra. Voy a continuar con mi carrera.
 
		 
		 
		